martes, 5 de junio de 2018


En una búsqueda de explicaciones sobre cuan difícil es cerrar "la última milla" de la electrificacion en América Latina, encontramos este articulo de D. Soto y R. Jimenez, en el Blog del BID, energía para el futuro. El análisis concluye que, familias que son pobres, viven en el área rural y en países con bajos ingresos, básicamente están excluidas de contar con un acceso digno a la energía eléctrica.


BARRERAS A LA ELECTRIFICACIÓN EN AMÉRICA LATINA

Foto: BID Ciudad Sostenibles, Guatemala.
Factores económicos y las características geográficas de un hogar son determinantes para que una persona cuente con acceso a la electricidad. Esta columna examina el estado de desarrollo económico en el que se encuentra un país como una explicación más del acceso a la electricidad.
El acceso a la electricidad representa un componente importante en la vida moderna, motivo por el cual alcanzar acceso universal se ha convertido en uno de los objetivos con mayor apoyo a nivel internacional; sin embargo, la efectividad de los distintos programas de electrificación ha sido variada, por ejemplo, en el año 2013 aproximadamente 1,200 millones de personas alrededor del mundo carecían de infraestructura básica debido al bajo ritmo de electrificación. En América Latina y el Caribe (ALC) cerca de 22 millones de personas en el 2012 no contaban con acceso a la electricidad según los Indicadores del Desarrollo Mundial. Tomando encuestas nacionales de 16 países en ALC, el estudio “Rural Electricity Access Penalty in Latin America: Income and Location” analiza tres factores determinantes del acceso a la electricidad. Estos son el ingreso del hogar, su ubicación geográfica, y el nivel de ingreso per cápita del país.
Ingreso y ubicación del hogar como determinantes en el proceso de electrificación.
El ingreso del hogar influye en el acceso a la electricidad, hogares con ingresos altos pueden pagar los costos de conexión más fácilmente además de estar asociados a niveles más altos de demanda eléctrica debido al número de aparatos eléctricos que poseen; esto los vuelve más atractivos para las empresas distribuidoras de electricidad. En ocasiones la ubicación geográfica—especialmente de las comunidades rurales—representa un desafío técnico a la extensión de los servicios tradicionales de electricidad a un costo razonable. Aunado a lo anterior, las zonas rurales con bajos niveles de densidad poblacional presentan una demanda baja y dispersa que se traduce en altos costos de transmisión y distribución por parte de las empresas, así como bajos incentivos financieros para su electrificación.
Si realizamos el análisis por país, el rezago de electrificación—reflejo de una baja cobertura eléctrica—se encuentra focalizado en las familias de menores ingresos en zonas rurales. Este patrón se observa en la Figura 1. Con respecto a las áreas urbanas, el acceso a la electricidad parece ser homogéneo en países de alto y medio ingreso, indistintamente del nivel de ingreso del hogar. Esto nos indica que la brecha en electrificación sigue permaneciendo en los grupos más vulnerables y en países de bajo ingreso.
Figura 1. Porcentaje de hogares con cobertura eléctrica de acuerdo a su área y nivel de ingreso
Fig1
Fuente: Elaboración propia con base a encuestas nacionales a nivel de hogar. Nota: El eje horizontal mide el porcentaje de hogares con cobertura eléctrica  comenzando a partir del 50 %.
El estudio indica que la relación entre acceso a la electricidad y el ingreso per cápita nacional parece no ser lineal, lo cual sugiere que si se alcanzan niveles de alto ingreso per cápita  desproporcionalmente incrementarían los niveles de cobertura eléctrica.
Bajo acceso rural a la electricidad: la penalidad de vivir en un país de ingreso bajo
La Figura 1 también nos indica que el estado del desarrollo económico en el que se encuentra un país parece determinar la probabilidad de que un hogar tenga acceso a la electricidad. Es decir, dado niveles similares de ingreso de los hogares y tomando en consideración sus características geográficas, una familia en un país pobre se enfrenta a una menor probabilidad de contar con electricidad. Véase Figura 2. El acceso a la electricidad por sí sólo no brinda ningún sentido de utilidad, es la materialización de su consumo en actividades productivas lo que efectivamente promueve el  crecimiento endógeno, y eleva los índices de bienestar social; por ello que el problema de acceso a la electricidad en cierta medida es una penalidad al desarrollo económico.
Figura 2. Acceso rural a la electricidad por decil de ingreso y  grupo de ingreso del país
Figura2_esp
Fuente: Elaboración del autor con base a datos de encuestas a nivel de hogar. Nota: La clasificación  grupo de ingreso del país se define de acuerdo a su ingreso per cápita  nacional.
Implicaciones
América Latina y el Caribe ha presenciado un progreso notable en términos de acceso a la electricidad en los últimos 25 años, sobre todo en áreas rurales donde la cobertura ha crecido más del 20 por ciento entre los años 1990-2012. No obstante aún queda mucho por hacer, ya que aproximadamente el 90 por ciento de los hogares sin acceso a la electricidad se encuentran en zonas rurales.
Nuestros resultados indican que la interacción del ingreso del hogar y su ubicación multiplican las dificultades para proveer electricidad, por lo que se convierten en barreras considerables al acceso. Esta situación afecta principalmente a los hogares de menores recursos en países pobres y evidencia la necesidad de programas de electrificación que promuevan el crecimiento económico incluyente y el bienestar social.

ACERCA DEL AUTOR

David Lopez Soto

Raúl Jiménez

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