Marcela Fernández
Un estudio realizado por McKinsey Center for Future Mobility, revela que aproximadamente el 60% de los viajes que se hacen en automóvil en todo el mundo son de menos de ocho kilómetros, por ello el uso de las distintas soluciones de micromovilidad en estos trayectos, vale decir, vehículos ligeros: monopatines, monociclos, bicicletas y otros medios de transporte de reducido tamaño, que normalmente son eléctricos, garantizan una movilidad urbana mucho más efectiva, cómoda y respetuosa del medio ambiente,
Con la crisis sanitaria derivada del coronavirus que dibujó un panorama apocalíptico, durante las semanas más duras del confinamiento, con un abrumador porcentaje de la población recluida en casa; el transporte, las bocinas, el smog desapareció y el silencio y el trinar de los pájaros se adueñó de calles, plazas y avenidas.
Fue cuestión de tiempo para que, con la progresiva desescalada, las calles recuperasen el pulso habitual. No así el transporte público, el lugar donde se haría más difícil guardar la distancia de seguridad entre viajeros. Y surgió la pregunta ¿Cómo evitar que miles de personas se suban masivamente a vehículos de uso público, contribuyendo de la peor de las maneras a la relación entre la contaminación y mayor incidencia del virus?
Pues, alcaldes y alcaldesas de los cinco continentes tomaron en mayor o menor cantidad de kilómetros, la valiente decisión de quitar espacio al coche para dárselo a peatones y bicicletas. No en vano, hasta los más reacios comenzaron a darse cuenta de que -una vez más- los pedales eran la mejor alternativa de movilidad posible en el escenario posterior al Covid-19, siendo ese el momento apropiado para dar un giro de 180 grados a nuestras calles.
Cochabamba no quedo fuera de este movimiento, este departamento al estar ubicado al centro de Bolivia y estar rodeado de montañas sufre con la concentración de gases emitidos, sobre todo por el parque automotor. Durante el confinamiento tuvo el cielo celeste permanentemente y aprendimos, quizá como ocurre con toda gran crisis, que ante nosotros teníamos una oportunidad única de cambiar nuestro modelo de ciudad.
En Cochabamba, del centro de la ciudad hacia cualquier punto del Cercado (centro urbano) solo existe una distancia de 8 km; su ausencia de grandes accidentes geográficos, hacen de esta ciudad, un espacio apto para recorrerla a pedal, y, para los que no quieren pedalear, la micro movilidad eléctrica, no podría ser mejor opción.
Estamos en plena apertura del confinamiento, en pleno trabajo de normalización, pero no queremos volver a la normalidad que conocíamos, a la que estábamos acostumbrados, queremos algo mejor, queremos como todos en el planeta, un lugar mejor en el que vivir.
Por eso ENERGETICA apuesta por la micro movilidad, apoyando el cambio del transporte público hacia la movilidad urbana sostenible. Está apostando por ayudar a la gente a usar su bicicleta, en otros casos a convertir su bici en bici eléctrica, a usar patinetas eléctricas y también motos eléctricas para recorrer el trayecto de las casas al centro, y para trabajar, buscando descongestionar y descontaminar la ciudad.
Construimos juntos una ciudad más habitable y menos estresante, hagamos de esta, una ciudad de todos... ¿qué dices? ¿Cambiamos?
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