Marcela Fernandez F.
La conferencia de Rio + 20 fue clausurada el viernes 22 de junio; y, pese a que gobiernos y grupos ambientalistas han criticado los resultados de la cumbre, ha quedado claro que la participación de la sociedad es indispensable para obtener el futuro que queremos, y necesitamos diseñar una estrategia de cambio con perspectivas claras y sólidas, organizadas en torno a un pequeño número de grandes transformaciones que sean resultado de una identificación colectiva.
Una de las fases que permitió recoger el sentir de muchos actores fue la llamada “Diálogos para el Desarrollo Sustentable”, que reunió a representantes de la sociedad civil, sector privado, organizaciones no gubernamentales, comunidad científica, entre otros, para discutir los temas prioritarios relacionados con el desarrollo sustentable: inclusión social, el acceso a la energía, la erradicación del hambre y la pobreza, alternativas a la economía verde, clima y deforestación. Las recomendaciones resultantes de estos Diálogos fueron llevadas directamente a los Jefes de Estado y de Gobierno presentes en la Cumbre.
De manera particular, al ser el tema energético un punto focal de todas las agendas, el secretariado de UN-Energy, en el marco de la iniciativa Sustainable Energy for All, planifico la realización del Energy Day que se llevo a cabo el dia 19 de Junio en Riocentro y supuso la realización de 10 sesiones de trabajo compartidas por expertos reconocidos. La sesión No. 7, Energy Monitoring and Planning for Sustainable Development, fue moderada por el Dr. Jose Goldemberg y, ENERGETICA fue invitada a presentar su opinión y recomendaciones, en relación a la planificación energética rural.
En esta intervención, basada en las lecciones aprendidas a lo largo de 20 años de trabajo de ENERGETICA en Bolivia, se puso de manifiesto que los mecanismos clásicos para enfrentar el suministro de energía están saturados y no pueden dar respuesta a las urgentes demandas de la población excluida del acceso a los servicios modernos de energía. Se sugirió que la planificación energética rural debe volverse más dinámica, descentralizada y activa incorporando a todos los actores involucrados, para construir con ellos las soluciones que todos buscamos, de manera que se disponga de mecanismos efectivos de colecta de demandas y soluciones. Se dejo establecido qué los Gobiernos deberían generar canales para escuchar a los representantes de la sociedad civil como aspecto clave, y que priorizar las soluciones locales, los emprendimientos locales y las decisiones locales, ayudarían a este proceso.
Incidir en universalizar el acceso a la energía, es un trabajo que producirá grandes cambios, por lo que es necesario lograr una efectiva conexión entre gobiernos locales y población, consolidar el nexo entre el usuario y los proveedores de tecnología apropiada a los grupos meta, igualmente es importante, prever un financiamiento acorde a la realidad de los usuarios finales que permitirá el acceso a la tecnología moderna. Es crítico asegurar la sostenibilidad de la tecnología en el tiempo, por lo que el impulso y la creación de microempresas rurales con efectiva presencia en las comunidades con servicios de asistencia técnica, provisión de equipos y servicios, es vital para un desarrollo sustentable.
La energía es fundamental en el proceso de desarrollo, así lo entendió la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, destacando en el documento final “El futuro que queremos, que “es necesario tratar de resolver el problema del acceso a servicios energéticos modernos y sostenibles para todos, en particular para los pobres que no pueden costearlos ni siquiera en los casos en que están disponibles … dado que el acceso a servicios energéticos modernos y sostenibles contribuye a erradicar la pobreza, salva vidas, mejora la salud y ayuda a satisfacer las necesidades humanas básicas”. Que “esos servicios son esenciales para la inclusión social y la igualdad entre los géneros y que la energía es también un insumo clave para la producción”.
Finalmente los gobiernos firmantes asumieron el compromiso de “facilitar la prestación de apoyo para que obtengan acceso a esos servicios los 1.400 millones de personas de todo el mundo que actualmente no disponen de ellos”.
“Rio+20 no es un final es un comienzo. Es hora de que todos pensemos globalmente y a largo plazo” (Ban Ki Moon).
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