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martes, 20 de julio de 2021

Plantas de Concentración Solar: el adiós a la intermitencia solar

Ing. Diana Maldonado Castro, MSc. Miguel Fernández Fuentes
Energética – Energía para el desarrollo
Contacto: diana.mc.519@gmail.com / miguel@energetica.org.bo


Gemasolar, España

Introducción

La mayor parte de la energía eléctrica producida en el mundo se basa en combustibles fósiles. Sin embargo, el alto nivel de demanda, el alto precio del mercado y el impacto negativo de las plantas termoeléctricas en el medio ambiente hace que esta dependencia sea insostenible. Dada la estrecha relación entre la energía y la actividad económica, está claro que el desarrollo actual del sistema energético se encuentra en una situación crítica, por lo que, desde hace algunos años, varias autoridades gubernamentales están dando pasos importantes hacia el desarrollo de una matriz energética diversificada.

No obstante, las energías renovables de mayor expansión en este momento como son la fotovoltaica y la eólica, producen energía que debe ser consumida en el mismo instante de la generación; a excepción de la hidroeléctrica de embalse que es perfectamente regulable, la solar y la eólica son fuentes “no flexibles” y exigen prioridad en su consumo.

Adicionalmente existe un problema más, la variabilidad de su producción que puede ser instantánea (ráfagas de viento o nubosidades), horaria y estacional en el año. El aprovecharlas de manera continua y total, exige un control de despacho altamente efectivo que permita controlar la alta variabilidad, o intermitencia de generación.

La manera convencional de regular la intermitencia, sería instalar bancos de baterías que nos permitan justamente almacenar excedentes de energía, a fin de utiliza éste en momentos de déficit y así, lograr un suministro continuo y regulado de la energía. Si bien técnicamente esto es posible, económicamente y con las tecnologías actuales de almacenamiento, no es viable.

En enero de 2017, IRENA, la Agencia Internacional de Energías Renovables (International Renewable Energy Agency), publicó su reporte anual de costos energéticos, donde muestra que las Plantas de Concentración Solar serán capaces de proveer electricidad a un precio entre $US 60/MWh y $US 100/MWh para el 2020 [1] [2], abriendo una ventana de oportunidad a la energía solar en este campo, pero, ¿qué son las Plantas de Concentración Solar?

Plantas CSP

La tecnología energética solar está dividida en dos grandes ramas: la solar fotovoltaica y la solar termoeléctrica. A ésta última se la denomina Plantas de Concentración Solar o CSP (Concentrated Solar Power).

En general, en estas plantas, la energía solar es convertida en calor y transferida a un material que la almacene, los sistemas termoslares de calentamiento de agua para usos sanitarios son la aplicación más extendida de esta tecnología.

Sin embargo, en el caso de las plantas CSP, estas operan a altas temperaturas y utilizan espejos (heliostatos) para direccionar la radiación procedente del sol hacia un receptor a fin de calentar un fluido (agua, aceite, sales fundidas, etc.), que posteriormente generará electricidad térmica como cualquier otra central termoeléctrica (Figura 1).

Figura 1. Esquema general de una Planta de Concentración Solar Fuente: [2]

En la actualidad, existen 4 tecnologías de concentración principales que pueden ser categorizadas por la forma en la que “enfocan” los rayos solares y la tecnología que usan para “recibir” la energía solar, estos son: los Colectores Lineares Fresnel, Torres de Concentración, Canales Parabólicos y Reflectores Parabólicos [3].

A diferencia de las tecnologías solares fotovoltaicas (PV), las CSP tiene una capacidad inherente para almacenar energía térmica durante cortos períodos de tiempo, de 2 a 15 horas aproximadamente [3], para su posterior conversión a electricidad (Figura 1). Cuando se combinan con la capacidad de almacenamiento térmico, las plantas CSP pueden continuar produciendo electricidad incluso cuando las nubes bloquean el sol o después de la puesta del sol. En ocasiones, dichas plantas también pueden estar equipadas con energía de respaldo de combustibles. Es decir, de funcionar adecuadamente la tecnología se dispondría de una solución factible a la intermitencia solar, para producir electricidad de manera estable.

Almacenamiento térmico

Existe una gran variedad de técnicas de almacenar la energía térmica, sin embargo, durante los últimos 20 años, los científicos tienen enfocada la mirada en una serie de materiales que son capaces de almacenar grandes cantidades de energía al cambiar de fase (de sólido a líquido, o viceversa), a una determinada temperatura. A estos materiales se los denomina: Materiales de Cambio de Fase (PCM), almacenan la energía en forma de calor latente y se los considera una de las formas más eficientes de almacenamiento [4].

El almacenamiento de calor latente es, por tanto, dependiente del cambio de entalpia y puede ser determinado de la siguiente ecuación. Donde ∆H, es la variación de entalpia (J); y m, es la masa del material (g) [5].

∆Q = m × ∆

La selección del material de almacenamiento de energía térmica adecuado para una aplicación es crucial. Dicha selección depende de diferentes factores, ya que el PCM debe mostrar propiedades deseables que están asociadas con la cinética, termodinámica, química y economía de la energía a almacenar [6]. Los PCMs pueden ser clasificados en diferentes clases dependiendo de sus composiciones químicas [7]. La Figura 1 nos muestra que los materiales de almacenamiento basados en PCM están generalmente divididos en materiales orgánicos (parafinas y alcanos) y compuestos inorgánicos como: sales, sales hidratadas, metales y aleaciones. Aun cuando el agua es el medio más habitual para el almacenamiento de energía debido a sus propiedades térmicas y a su bajo coste, pequeñas cantidades de PCM pueden provocar una mejora significativa del rendimiento del sistema, consiguiéndose que el agua del depósito se mantenga a una temperatura próxima a la de uso durante un periodo de tiempo considerablemente mayor, sin la necesidad de aportación de más energía.

La selección del material de almacenamiento de energía térmica adecuado para una aplicación es crucial. Dicha selección depende de diferentes factores, ya que el PCM debe mostrar propiedades deseables que están asociadas con la cinética, termodinámica, química y economía de la energía a almacenar [6]. Los PCMs pueden ser clasificados en diferentes clases dependiendo de sus composiciones químicas [7]. La Figura 2 nos muestra que los materiales de almacenamiento basados en PCM están generalmente divididos en materiales orgánicos (parafinas y alcanos) y compuestos inorgánicos como: sales, sales hidratadas, metales y aleaciones.


Figura 2. Materiales utilizados para el Almacenamiento Térmico de Energía (TES). Fuente: [7]

Los compuestos orgánicos están dentro de los materiales más estudiados y usados, teniendo un amplio rango de posibles aplicaciones. En cambio, los inorgánicos, mayormente conocidos como sales fundidas presentan una mayor capacidad de almacenamiento de calor por unidad de volumen y un precio bastante competitivo, sin embargo, una menor estabilidad química [5].

Almacenamiento en plantas CSP

Por todo lo citado anteriormente, queda claro que el almacenamiento térmico, como un componente explícito y determinante del sistema, ha permitido evolucionar y generar valor a las tecnologías CSP, y que, la introducción de los PCM conduce a una acumulación térmica más eficiente y rentable.

En el caso específico de las plantas CSP, los materiales de cambio de fase más ampliamente utilizados corresponden a las sales fundidas. Éstas pueden ser utilizadas como fluidos de transferencia de calor o también como medios de almacenamiento en tanques, donde para ambos casos su objetivo principal es almacenar y liberar calor latente [8]; y adicionalmente, disminuir los volúmenes de almacenamiento y transferencia requeridos.

Las sales fundidas utilizadas en este campo, comúnmente tienen un rango de temperatura de trabajo que va desde los 200 ˚C hasta los 600 ˚C, logrando un mejor aprovechamiento de los recursos solares disponibles y permitiendo una operación 24/7 de la planta de concentración.

Tecnologías CSP en el mundo

Una de las primeras plantas CSP fue incorporada en España, el Andasol 3, un sistema de cilindros parabólicos con un sistema de almacenamiento significante de 7,5 h de carga y una potencia de 50 MW. Otro gran ejemplo es el sistema SEGGS de 354 MW, en California, Estados Unidos, genera 662 GWh de energía al año. En el caso de las tecnologías de torre central, contamos con Gemasolar, ubicada en Sevilla, España. Es la primera planta a escala comercial en el mundo, que aplica la tecnología de receptor de torre central y almacenamiento térmico en sales fundidas. Tiene una capacidad de 19,9 MW y es capaz de producir anualmente más de 110 GWh netos.

En cuanto a Latinoamérica, Chile lidera el campo de las energías renovables solares con su proyecto Atacama 1, una planta de energía solar híbrida entre los sistemas PV y CSP. El componente CSP es una torre de 110 MW con 17,5 h de almacenamiento, por lo que es uno de los mayores proyectos de CSP hasta la fecha [2], incluyendo una planta PV de 100 MW. La ubicación conjunta de una instalación híbrida de este tipo está significativamente influenciada por las limitaciones de transmisión desde el punto de generación hasta el punto de uso, y se argumenta que los costos de conexión y transmisión pueden compartirse cuando se operan de manera óptima dichos híbridos.

Cabe añadir que los avances chilenos también han incursionando en el campo investigado de nuevos materiales de cambio de fase para su aplicación en el campo solar [9]. Varios de los nuevos materiales (en su mayoría sales inorgánicas) son subproductos o desechos de la industria minera del norte de Chile, los cuales han demostrado ser materiales con un mejor rendimiento y un menor costo.

El futuro que le espera a las plantas CSP es bastante prometedor, tal como menciona IRENA [2]. La Figura 3 nos muestra que a la fecha, España y Estados Unidos lideran el mercado de los sistemas termosolares. Sin embargo, gracias a políticas gubernamentales y su alta capacidad tecnológica, puede que China se convierta en un país modelo en el campo.

 


Figura 3. Capacidad de Plantas CSP, en operación, construcción y futuros proyectos (aspiracional). Fuente: [2]

 

Conclusiones

Queda claro que las plantas CSP son las tecnologías renovables eléctricas que más directamente amenazan a las termoeléctricas basadas en gas natural, debido a su capacidad (con almacenamiento) para entregar energía a pedido. Adicionalmente, el uso de sales fundidas es reconocida como la herramienta principal del estado de madures alcanzado por estas tecnologías.

Estas plantas no solo pueden llegar a cubrir la demanda eléctrica, sino, puede producir cantidades significativas de calor a alta temperatura para procesos industriales y, en particular, puede ayudar a satisfacer la creciente demanda de desalinización de agua en los países áridos.

Varios estudios concuerdan que, los países en desarrollo que se los clasifica como “soleados” son mercados en crecimiento potencial para este tipo de tecnologías, por tanto, sería interesante preguntar ¿Qué futuro le espera a Bolivia en el campo energético solar?

Para finalizar, se debe entender que las tecnologías renovables no solo deben abordar un enfoque de generación, sino de consumo responsable. La nueva matriz energética que vaya a remplazar a nuestro actual sistema debe tener un enfoque integrativo donde el almacenamiento energético es importante en todos los puntos de vista del sistema, desde los recursos primarios hasta el consumidor final.

 

Bibliografía

[1]

IRENA, «Renewable Power Generation Costs in 2017,» International Renewable Energy Agency, Abu Dhabi, 2018.

[2]

P. Gauché , J. Rudman, M. Mabaso, W. Landman, T. Backstrom y A. Brent, «Riview: System value and progress of CSP,» Solar Energy, 2017.

[3]

S. Kraemer, «Clean Technica,» 31 Octubre 2016. [En línea]. Available: https://cleantechnica.com/2016/10/31/how-csp-works/.

[4]

B. Zalba, L. Cabeza y H. Mehling, «Review on thermal energy storage with Phase Change Materials, heat transfer analysis and applications,» Applied Thermal Engineering, pp. 251-283, 2013.

[5]

S. Lucas, V. Ferreira y J. Barroso, «Latent heat storage in PCM containing mortars - Study pf microstructural modifications,» Energy and Buildings, vol. 66, pp. 724-731, 2013.

[6]

S. Mohamed, F. Al-Sulaiman, N. Ibrahim, M. Zahir, A. Al-Ahmed, R. Saidur, B. Yilbas y A. Sahin, «A review on current status and challenges of inorganic phase change materials for thermal energy storage systems,» Renewable and Sustainable Energy Reviews, 2016.

[7]

C. Barreneche, H. Navarro, S. Serrano, L. Cabeza y I. Fernández, «New database on phase change materials for thermal energy storage in buildings to help PCM selection,» Energy Procedia, nº 57, pp. 2408-2415, 2014.

[8]

Solar Reserve, «Solar Reserve,» 2018. [En línea]. Available: http://www.solarreserve.com/en/technology.

[9]

S. Ushak, A. Gutierrez , H. Galleguillos, A. Fernandez, L. Cabeza y M. Grágeda, «Thermophysical characterization of a by-product from the non-metallic industry as inorganic PCM,» Solar Energy Mmaterias & Solar Cells, nº 132, pp. 385-391, 2015.


jueves, 21 de enero de 2016

Generación Distribuida y Redes Inteligentes


La modernización de la red eléctrica o Smart Grid (Red Eléctrica Inteligente) surge como efecto de la generación distribuida. La generación distribuida, también conocida como generación in-situ, generación embebida, generación descentralizada, generación dispersa o energía distribuida, consiste básicamente en la generación de energía eléctrica por medio de muchas pequeñas fuentes de energía en lugares lo más próximos posibles a las cargas.

Las redes inteligentes (Smart grid) en un futuro suponen un cambio radical en el modo en el que la energía se genere, se distribuya y se consuma, incorporando sistemas de lectura y medida a distancia, para saber los hábitos de los consumidores intentando que el consumidor se involucre en la gestión de su propio consumo de energía, con el fin de mejorar su rendimiento y optimizar el sistema eléctrico.
Conceptos básicos de generación distribuida y redes inteligentesEn Bolivia la implantación progresiva de fuentes de generación de pequeño y mediano tamaño, como en el resto del mundo dará lugar a un cambio de paradigma en el que la eficiencia eléctrica sea la nota dominante, este cambio propiciará la aparición de sistemas de consumo doméstico y/o industrial no centralizados. Y ello generara múltiples situaciones que resolver, pues las redes inteligentes no son una “tecnología”, sino un tipo de evolución en la forma de gestionar la energía eléctrica implicando el uso de tecnologías alternativas e información.
La magnitud del cambio es tal que exige un enfoque desde puntos de vista legales, sociales, económicos y tecnológicos de gran complejidad, pues en su concepción más básica, el establecimiento de cada sistema aislado de generación eléctrica implica al mismo tiempo la creación de una hipotética microempresa eléctrica con responsabilidades administrativas, técnicas y financieras, a fin de hacer sustentable el esquema de generación dispersa.
Pensando en las redes inteligentes que promueven la integración de las energías renovables, de variable y dispersa producción, y la penetración de la movilidad eléctrica, auténtico reto para la capacidad de las redes eléctricas actuales. ENERGETICA y ABER (Asociación Boliviana de Energías Renovables) llevo adelante a fines del pasado año el curso taller “Renewable Energy and PV Fundamentals”, mismo que fue dictado por el experto senior alemán Dr. Stefan Clarenbach. El curso contó con la presencia de invitados de todo el país ENDE, CNDC (Comité nacional de Despacho de carga), BID, Banco Mundial, ONUDI, GIZ, Empresas de distribución eléctrica de cada Departamento, Universidades Publicas y Privadas y asociados de ABER.
Se habló de la posibilidad de convertir al país en auténtico protagonista de una tendencia que no solo es, inevitable, sino que además cuenta con una imagen enormemente positiva y con un impacto clarísimo reduciendo la dependencia energética de combustibles fósiles; y, finalmente de lo importante que es adecuar la estructura tradicional del sector eléctrico y su evolución una realidad nada lejana.
En ese contexto, la autonomía energética es un vector importante para el crecimiento de la economía y de las tecnologías que están en condiciones de suministrar energía eléctrica para autoconsumo de una manera competitiva, a medida que aumente el número de pequeñas centrales generadoras que aprovechen el potencial de cada uno de los recursos renovables disponibles.
Nota: Los documentos relativos a este taller se pueden bajar la pagina web: www.energetica.org.bo
sección Publicaciones, apartado de "seminarios y talleres", previo registro.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Hacia el Litio Rural!.Una opción más para el desarrollo de tecnologías de baterías de litio en Bolivia

Miguel Fernández F. - ENERGETICA
1. Contexto

Las baterías de litio, en sus diferentes combinaciones, son un equipo de almacenamiento de energía eléctrica, y actualmente tienen múltiples usos en Bolivia. Con una densidad de energía de 100 – 265 Wh/kg, y una duración aproximada de 1000 ciclos, son pilas que con un pequeño tamaño, pueden almacenar una gran cantidad de energía (de 3 a 4 veces más en relación a las baterías de plomo acido tipo automotriz) además de recargarse más rápido, poder descargarse totalmente y tener un peso relativamente bajo.

El uso más difundido de esta tecnología de almacenamiento de energía está en teléfonos celulares, computadoras portátiles, lectores de música, máquinas fotográficas, entre otros aparatos electrónicos. Sin embargo en los últimos 2 años, se nota una incursión muy fuerte en sistemas fotovoltaicos llamados “de tercera generación”, donde junto a innovaciones como el uso de LED para iluminación y microelectrónica para el control, están desplazando a las características baterías de plomo.

Grandes programa de electrificación rural en Asia y África que están difundiendo soluciones básicas de iluminación que utilizan energía solar, están empleando pequeñas baterías de Litio.

En ese contexto, Bolivia tiene las reservas más grandes de Litio a nivel mundial ( http://wp.cedha.net/) y se encuentra en este momento desarrollando tecnología para explotar el Litio y fabricar baterías de este metal. Sin embargo, el penetrar en un mercado altamente especializado como el de los acumuladores de energía en base a Litio, no es una tarea fácil.


2. La industrialización del Litio

Los esfuerzos que está realizando el país actualmente están centrados en lograr una base para la industrialización futura del Litio; así la fabricación de manera piloto de baterías permite entender y manejar la tecnología de las baterías de Litio, apoya la formación de recursos humanos y el desarrollo paulatino de capacidades locales para avanzar en este campo.

Por otro lado, de acuerdo a informaciones del Centro de Innovacion del Litio de la Universidad de Chile el valor agregado entre la materia prima y las baterías de Litio, puede llegar a ser hasta 500 veces a 1, lo cual ratifica la estrategia de la Empresa de Recursos Evaporiticos, de apuntalar los procesos de industrialización.

En ese sentido, dado que el mercado automotriz y el resto de aplicaciones electrónicas, por su parte, exigen baterías con características constructivas especiales, con exigencias de calidad y performances técnicas que aún se están desarrollando en Bolivia, se debe asentar la capacidad local de fabricación con productos en los cuales se pueda tener cierto tipo de control.

3. El mercado de las baterías de Litio

Al revisar las noticias se dice que Chile tiene una presencia importante en el mercado de las baterías de Litio, sin embargo hay que aclarar que Chile aún no fabrica baterías de Litio, y no tiene presencia en los mercados de Latinoamérica. A fines de 2014 se anunció que desarrollaron un prototipo en la Universidad de Chile y, de acuerdo a la prensa, estarían planificando montar una fábrica de baterías de Litio durante 2015. Se debe tomar en cuenta que, Chile es líder en la producción de Litio como materia prima, el mismo que es exportado mayoritariamente como carbonato de Litio a diferentes países como Japón, Corea del Sur, China, Alemania, Estados Unidos y Bélgica, para la fabricación de baterías.

Escenarios de Evolución de Carros Eléctricos en 15 años
El mercado de baterías de Litio está creciendo de manera acelerada en todo el mundo, los últimos años a razón del 10 a 12% anual. Esto implica un mercado en despegue, dada la gran cantidad de equipos portables que se utiliza (laptops, celulares, cámaras, etc.) de baja potencia, pero también las aplicaciones en autos eléctricos y, finalmente otras aplicaciones de potencia media como sería los sistemas fotovoltaicos de tercera generación.

En ese contexto, la introducción de productos bolivianos de Litio en el mercado internacional será siempre compleja, dadas las economías de escala de los otros países, el desarrollo de una industria relativamente nueva para el país, así como también las exigencias técnicas y de adaptación constante que va surgiendo en un mercado dinámico como este.

En todo caso, una presencia boliviana en el mercado del Litio dependerá de la estrategia que desarrolle la industria nacional, las alianzas que establezca con productores de electrónica y equipamiento que utilizan este tipo de baterías y la calidad y precios con los que se oferten estos productos.

4. Ideas para un producto de Litio innovador

En perspectiva de iniciar una industria de baterías de Litio en Bolivia, se debería ver inicialmente el mercado interno con cierta especialización y en el cual puede existir cierta injerencia directa del Estado. Es decir antes que salir a competir en el mercado internacional, se podría asentar la provisión local de baterías de Litio en todas las aplicaciones que lo requieren.

Así, por ejemplo, la incorporación de baterías de Litio en todas las Laptops, Tablets y celulares que pretende ensamblar la industria Quipus, de propiedad del Estado, podría ser una de las primeras de las demandas a atender.

Pensando en aplicaciones que son más comunes en Bolivia, como es la electrificación rural basada en sistemas fotovoltaicos de 50 Wp, que utilizan batería de plomo de 100 Ah; para este tipo de instalaciones, la batería de plomo podría ser reemplazada por una batería de Litio de 10 Ah. Mientras la batería de plomo pesa cerca de 30 kg, la batería de Litio pesaría aproximadamente 0,9 kg.

Evolución de baterías para Sistemas Fotovoltaicos

Existen aproximadamente 40.000 sistemas fotovoltaicos ya instalados en viviendas rurales y escuelas, en funcionamiento, que podrían requerir estas baterías de Litio para su recambio, una vez que cumplan su vida útil las baterías de plomo acido clásicas que se están utilizando. Esto supone aproximadamente una tasa de cambio de 6000 a 10000 baterías/año para empezar.

Por otro lado, existe un mercado determinado por los sistemas fotovoltaicos para electrificación rural, que podrían ser perfectamente adaptados para utilizar baterías de Litio. Se prevé que se instalarán al menos 200.000 nuevos sistemas fotovoltaicos en el área rural, lo que representa un número igual de baterías de 4Ah a 10 Ah, que deberían incorporarse al mercado y cuya reposición se daría cada 5 años aproximadamente.

En todo caso, esta demanda interna permitiría que una industria naciente de baterías de Litio, pueda ir ganando experiencia, asentándose y preparándose para ser competitiva en un contexto internacional.

Ahora bien, si Bolivia se especializara en la producción de baterías de Litio para aplicaciones fotovoltaicas, adicionalmente podría expandirse a un mercado regional, donde por ejemplo Perú instalará en los próximos años 500.000 sistemas fotovoltaicos. No hay que olvidar que en Latinoamérica y el Caribe existen cerca de 31 millones de personas sin acceso a la electricidad, y que será en gran mayoría atendidas por sistemas fotovoltaicos descentralizados (Experiencias con SFV de tercera generación en Argentina, Bolivia y Bolivia. M. Fernandez. 2015)

5. Conclusiones

No será qué, más allá de ir a pelear un mercado altamente competitivo y donde hay que establecer alianzas con productores de automóviles, de electrónica, etc., al dirigir nuevamente nuestra miranda hacia adentro de Bolivia y su demanda en electrónica, así como hacia la Bolivia rural dispersa, aislada y no electrificada, no tengamos más bien frente a nosotros un mercado donde nadie está trabajando con solvencia aún?

De atender estas demandas, podríamos coadyuvar a resolver los problemas de acceso a la energía para esta población, pero además se podría dar un salto posicionándonos en un segmento de mercado de manera ventajosa e inigualable, de manera paralela a explorar los mercados internacionales más grandes, como el de los vehículos eléctricos.

Quizás se debería al menos explorar este camino para las baterías de Litio: un camino hacia el Litio Rural!

Cochabamba, Diciembre, 2015

  

jueves, 16 de octubre de 2014

Bolivia, el Desafío de Exportar Electricidad!

La posibilidad de que Bolivia se convierta en un exportador de energía eléctrica y que éste desafío sea parte ya de la agenda energética del país, marca la necesidad de contextualizar y responder algunas interrogantes relativas al desarrollo del sector eléctrico, que muchas personas se hacen, como ser ¿cuál es el tamaño relativo del sector eléctrico boliviano en relación a la región y en relación a nuestros países vecinos?; ¿que potencial de crecimiento tiene el sector eléctrico sin considerar el gas natural?; ¿cuánta electricidad podríamos exportar?; ¿que mercado potencial existe para nuestra electricidad?; ¿que significa para el sector eléctrico exportar 3.000 MW el año 2030?... A continuación intentamos dar respuesta a esas preguntas.

¿Cual es el tamaño relativo del sector eléctrico boliviano?

En la región de América Latina y el Caribe (ALAC), es decir desde México hasta la Argentina, de acuerdo a OLADE (Organización Latinoamericana de Energía), la capacidad instalada de generación de electricidad en 2011 alcanzaba a casi 316 GW. De toda esta potencia instalada, entre 2 países, México y Brasil, copaban más del 50% de esa capacidad (Brasil con 117 GW y México con 52 GW). En ese contexto la potencia instalada de Bolivia el 2011 alcanzaba a 1,45 GW representando un 0,45% de toda la potencia instalada en la región.

Capacidad Instalada en Generación de Electricidad 2011 en ALAC


Fuente: OLADE SIEE 2011

¿Cómo son los potenciales de energía renovable en la región?

En la región de ALAC hay un gran potencial de aprovechamiento de las energías renovables como la eólica, solar, biomasa, geotermia y la hidroelectricidad. Sin embargo, los potenciales solar, eólico y de biomasa, aún no tienen estudios detallados de aprovechamiento a nivel de explotación económica, sino evaluaciones de potencial, los cuales pueden volverse energía aprovechable en función de las tecnologías que se empleen. Salvan ese estado dos fuentes, la Geotermia y la Hidroelectricidad, que de alguna manera ya han sido cuantificadas a un nivel general por OLADE.

Para 2011 se estimaba el potencial hidroeléctrico de ALAC en 693,5 GW, de los cuales aún sin explotar se encontraban 536,7 GW, es decir un 77%. El potencial hidroeléctrico de Bolivia es de 40,4 GW y prácticamente el 99% se encuentra sin explotar; de explotarlo completamente, representaría un 7,5% de la totalidad del potencial hidroeléctrico disponible en la región.

Potencial y Capacidad Hidroeléctrica Instalada en ALAC

Fuente: Panorama General del Sector Electrico en ALAC. OLADE. 2013

En relación a la Geotermia y siempre con los datos de OLADE 2011, se estima que en la región existe un potencial de 35,5 GW, que corresponde sobre todo a los países que se encuentran en la región llamada “cinturón de fuego del Pacífico”. Bajo esa estimación Bolivia tendría 2,49 GW de potencial geotérmico.

Fuente: Matriz Energética en ALAC. Situación y Perspectivas. OLADE 2012

¿Cuál la situación de Bolivia en relación a los países limítrofes?

Para particularizar el análisis, si consideramos solamente los países limítrofes a Bolivia, tendríamos qué, la suma de las potencias instaladas en electricidad de Bolivia, Argentina, Brasil, Paraguay, Perú y Chile alcanzaba a 186,5 GW. Si en 2011 el tamaño del sector eléctrico boliviano era de 1,4 GW, porcentualmente representaba, redondeando hacia arriba, el 1%; esto se aprecia de manera sintética en el siguiente gráfico.


Fuente: Elaboracion propia en base a OLADE SIEE 2011

En relación al potencial hidroeléctrico, Bolivia y los países limítrofes totalizan 437,1 GW, de los cuales ya se tienen utilizados 111,2 GW, quedando aún sin explotar un 74,5%. En relación a este potencial sin explotación, la capacidad de expansión del sector hidroeléctrico boliviano significa 39,5 GW es decir un 12,2%.

Con relación a la Geotermia, se tiene un potencial en Perú de 2,99 GW, en Chile 2,35 GW y en Argentina 2,01 GW. En el subgrupo de Bolivia y países limítrofes el potencial existente en Geotermia totaliza 9,84 GW y hasta el momento su utilización ha sido prácticamente nula.

Capacidad Instalada Bolivia y Países Limítrofes 2011
País
Potencial 
Hidroelect.
MW
Potencial Geotermia
MW
Capacidad Instalada por tipo de planta (MW)
Hidro
Termo
Nuclear
Otros (*)
Total MW
Argentina
40.400
2.010
10.045
22.660
1.018
87,0
33.810,0
Brasil
260.093
-
82.458
31.243
2.007
1.426,0
117.133,8
Peru
58.937
2.990
3.453
5.103
0
0,7
8.556,4
Chile
25.156
2.350
5.991
10.711
0
827,7
17.529,6
Paraguay
12.516
-
8.810
6
0
0,0
8.116,1
Bolivia
40.000
2.490
485
974
0
0,0
1.459,2
Total MW
437.102
9.840
111.242
70.697
3.025
2.341,4
186.605,1
(*) Geotermia + Solar + Eolica
Fuente: Elaboración propia en base a OLADE SIEE 2011

¿Cuánta electricidad se podría exportar desde Bolivia?

Ahora bien, con todos los datos anteriores y de manera muy simplificada se puede resumir las posibilidades de exportación de electricidad a los países limítrofes, de la siguiente manera:
  • Si se consideran solamente los potenciales de energía renovable susceptibles de explotación de manera constante y prácticamente sin intermitencia como son la hidroelectricidad y la geotermia, y asumiendo un aprovechamiento económico de al menos un 50% de los potenciales estimados por OLADE, en un periodo de 15 años, se tendría una posibilidad de crecimiento adicional a lo existente en el sector, de 21 GW.
  • A esta potencia disponible habría que restar el consumo interno, el mismo que por ejemplo para el año 2030 ha sido estimado en 3,6 GW (Plan Optimo de Expansión del SIN. MHE 2012). Es decir que se podría disponer al año 2030 de 18,8 GW netos para exportación basados solo en la generación de hidroelectricidad y goetermia, disponiendo aún otros recursos como la energía solar, eólica o biomasa y, claro el propio Gas Natural, una utilizacion intensiva del Gas Natural en la generación de electricidad para exportación estará sujeta al incremento de reservas.
  • Considerando que la potencia instalada de Bolivia y los países limítrofes sumaba 186,6 GW a 2011, una capacidad de exportación de Bolivia de 18,8 GW en electricidad podría representar un 10% del total instalado en este subgrupo. Sin duda una cantidad importante de energía. Sin embargo se debe considerar que este potencial de exportación es teórico, pues los esfuerzos técnicos y económicos a desarrollar por el país debería ser muy intensivos y responden a una planificación meticulosa
¿Exportar electricidad ahora es posible?

Con la inauguración de las nuevas centrales a Gas Natural, se han hecho los anuncios de exportación de electricidad a los países limítrofes, empezando con 100 MW (0,1 GW) a fines de este año y con la intención de llegar a ofertar en 2030, 3GW a los mercados externos para el año 2030 (La Razón 30/09/2014).

Si consideramos que Argentina, Brasil y Chile son importadores netos de electricidad (SIEE - OLADE  2010), y en 2011 estos 3 países sumaban una capacidad instalada de 167 GW, una oferta del potencial de exportación de 3 GW desde Bolivia tiene un mercado más que asegurado.
             Fuente: Matriz Energética en ALAC. Situacion y Perspectivas. OLADE 2012

Para finalizar...

Si bien, el tamaño del sector eléctrico boliviano es el más pequeño de la región, a nivel de ALAC 0,45% y en relación a los países limítrofes 1%, esta situación representa ante todo una oportunidad de crecimiento.

Para la exportación de electricidad en estos momentos, lo importante es desarrollar proyectos de generación, pero también proyectos de interconexión eléctrica que faciliten la integración energética del país con sus vecinos y se cuide todos los aspectos técnicos de capacidad de transporte, calidad, seguridad, precios, etc. qué toma su tiempo negociar y construir. Empezar con pequeñas cantidades, es una estrategia que permitirá ir validando la capacidad exportadora de electricidad de Bolivia.

Se debe recalcar la importancia de lograr un marco legal apropiado que favorezca a las renovables y la exportación, sin descuidar el abastecimiento interno que debe ser prioritario, el trabajar en los conceptos de seguridad energética, el desarrollo de un sector eléctrico sustentable, y la integración energética que permitirá consolidar los mercados eléctricos subregionales que a partir de ahora se convertirán en un objetivo a conquistar y, de manera paralela crear las condiciones propicias para el desarrollo de infraestructura eléctrica de gran envergadura y lograr las inversiones respectiva debe ser parte de la agenda sectorial.

En la actual coyuntura se ha planteado ya la meta de llegar a exportar 3 GW en el año 2030; aunque estas cantidades parezcan pequeñas en el contexto regional (se indicaba en 186,8 GW el tamaño del mercado eléctrico de Bolivia y los países limítrofes), se debe considerar el esfuerzo interno que implicará desarrollar el sector eléctrico boliviano. Esto significa pasar de un tamaño actual de 1,45 GW, y llegar el 2030 a 6,6 GW; es decir que en los próximos 15 años, el sector multiplicará en casi 5 veces el tamaño actual que posee.

Si aún estas cifras no impactan, este crecimiento significará que cada 3 años el sector eléctrico debería crecer en una proporción similar al tamaño actual que tiene. Es decir, en los próximos 3 años, las empresas generadoras de ENDE corporación deberían duplicar su capacidad de generación y mantener este ritmo de crecimiento hasta el 2030, es decir que se debería incorporar cerca a 500 MW/año al SIN.

Asi, en 2030, Bolivia seria un exportador neto de electricidad, que pondría en el mercado externo el 45% de su capacidad instalada y, esperamos que toda ella sea mayoritariamente en base a fuentes renovables de energía. Sin duda, todo un desafío!

Cochabamba, Octubre, 2014


Miguel Fernández F.